Desde que supe que estaba embarazada comencé mi preparación para amamantar, gracias a la orientación de mi hermana mayor Karina.
Leí en internet, en libros de La Liga de la Leche, libros del Dr. Carlos González… Le informé a todo el que me rodeaba sobre mi decisión de amamantar y que iba a necesitar su apoyo en la clínica para que no le dieran fórmula al bebé. Por esto o por verme tan decidida, nadie opinó en contra en mi primer mes amamantando.
Nació Beto y por sugerencia de una amiga, no solo pasamos la primera noche juntos sino que lo pegué cada hora. Esto ayudó a que la leche bajara al segundo día. Al tercer día Beto decidió que no quería pegarse. Yo en mi determinación a amamantar ni tenía biberones así que era a pegarse o a pegarse. Sabíamos durar hasta 40 minutos en eso.
Luego de aproximadamente un mes ya comenzó a pegarse más fácil. Este inicio de la lactancia fue bien difícil por esto y la adaptación a esta nueva vida. A veces amanecía sentada en la mecedora porque entre el tiempo que durábamos para pegarse, los 40-60 minutos que duraba tomando mas 20 minutos que me decían de sacar gases, ya tocaba tomar otra vez… Pero que delicia disfrutarme cada suspiro de mi bebé. Cada muequita, cada mirada sin saber qué era todo esto que le rodeaba. Cada libra que aumentaba gracias a leche de mamá.
Que orgullo, satisfacción, felicidad, saber que era resultado de un «sacrificio» que ya ha quedado en el pasado. Un «sacrificio», trasnoche, entrega que parecía no tener fin y ahora añoro.
Ya hoy, luego de pasar todas las crisis de crecimiento que tocaban, los miedos de que se pegaba mucho y si será que no tengo leche, pero que fueron calmados con información recibida en el grupo de la Liga de La Leche, ya tenemos un año lactando y feliz.
Aparte de todos los beneficios que ambos hemos recibido, que leemos en documentos de lactancia, en esta experiencia he recibido algo invaluable y es un grupo de apoyo en el cual he ganado muchas amigas. Como para mi fue clave el apoyo que recibí al inicio, comencé a apoyar a toda nueva madre que se me cruzaba en el camino. Así fueron sumándose madres que querían recibir apoyo y creamos un grupo por Whatsapp, que es una aplicación para teléfonos celulares. Ya somos 31, han entrado y salido varias. Ahí no solo nos apoyamos y motivamos con la lactancia, hasta de dietas, fajas, maridos, que el bebe se rió por primera vez, que se sentó, que ya come… una chulería. Invito a toda nueva madre buscar un grupo de apoyo y a toda madre ya experta a brindar su conocimiento y experiencia. Así somos cada vez más dando lo mejor a nuestros bebés.
Feliz lactancia y crianza con apego!
Karla y Beto (Miguel Alberto)
Deja una respuesta